sábado, 20 de diciembre de 2008

vos fijate

yo, por lo tanto, considero que el que pone en duda lo impropio sin dejar nombre-ni-apellido esconde detrás de los 'defectos' ajenos sus propias desconfianzas y desasosiegos. receto menos crítica y mas introspección. yo no me siento identificada en tu opinión, vos tampoco en la mía. así es la vida. por eso mismo no me incumbe la existencia de los demás, suficiente con la propia (que capaz no es la más acomodada ni lógica pero ¿quién dice que eso es lo adecuado? ¿vos? ¿de incógnito o poniendo las cartas sobre la mesa?). y así terminás, solo, husmeando en lo que no te concierne y ponderando al que vos crees debería ser despreciado. lol!

lunes, 15 de diciembre de 2008

show time

Es muy fácil de explicar. Cuando estoy en plan de preocuparme, de darle importancia, trascendencia, jerarquía a las cosas: no estalla nada agradable y lo que primeramente me contentaba ya caducó respondiendo a su inevitable carácter efímero (el cual tengo entre ceja y ceja). Mientras que cuando me ablando, pongo la mente en blanco y decido aflojar las riendas: llegan los sobresaltos, las buenas nuevas (y-no-tanto) y los momentos de deliberar sobre cuestiones substanciales. Ok, no era tan fácil.

miércoles, 15 de octubre de 2008

neto (fragmento)

(...) Y de repente esos techos altos que tanto te gustaba escalar en tu cabeza se convirtieron en cimas inalcanzables. Nunca pensaste que alguien podía tener en sus manos la capacidad de dejarte tan vacío en un segundo. Con quien desde chico soñaste crecer ya no estaba. Vos fumabas y sonreías como si la vida siguiese y hasta un buen día te despertaste y dejaste de pensar en todo eso que te lastimaba.

lunes, 13 de octubre de 2008

cuidado, obra en construcción.

En esa pared que construiste ladrillo por ladrillo me apoyo para no caerme. Pero disculpame que te avise que aunque ella cumpla tu cometido al no dejarme ver como es tu vida al otro lado, te excluye, te aísla. Creíste así poder comenzar de nuevo pero te equivocaste y lo entiendo, todos somos humanos y podemos errar el tiro. Te jactabas de constructor pero te olvidaste que escondido en la mansión de lo que somos esta el sótano de lo que fuimos. Entonces intentar eliminar, disimular, disfrazar el museo de lo caminado solo te va a permitir levantar una muralla contra la que te chocas y te impide construir la avenida de lo que queda por transitar. Pretendías levantar una fábrica pero caíste en lo que vos sabes (y muy bien) que es solo un circo. Que comience la obra y se tiren abajo las medianeras para en su lugar cimentar monumentos que refresquen la memoria y agudicen la capacidad de edificar todo lo que nos queda por delante.

lunes, 15 de septiembre de 2008

había una vez

Dos cuadras hasta la parada del 152. Noventa, por favor. Me siento en el fondo y empiezo a contar las cuadras: tres, cuatro, nueve. Bajo y todavía faltan dos cuadras a pie. Si no hubiese perdido mi ipod estaría escuchando hasta perder la cuenta de ariel roth y con lo que algunos se atreven a llamar procesión por dentro. El diccionario dice: "Expresión que se utiliza cuando alguien experimenta sentimiento doloroso pero aparenta serenidad y tranquilidad". Yo siento eso de alguna forma. Camino como si no pasara nada, con cara de pensar que puedo pedir para cenar a la noche, con la despreocupación de quien anda con tiempo de sobra. El paso igualmente es tranquilo pero firme. Imposible más constante después de haberlo recorrido tantas veces en mi cabeza y después de despertarse tantas mañanas y discutir conmigo misma si ese trayecto era una pesadilla o un sueño más. Las mismas baldosas flojas son casi como huellas, como si alguien hubiese querido que no me olvidara por dónde ir. De repente se me nubla la vista. ¿Esto era todo? ¿Ya había llegado? ¿Y todo eso que yo había soñado que sucedía en el viaje? ¿Dónde estás vos subiendo al mismo colectivo o bajando justo cuando me siento en la puerta de tu casa? Será que no vivís acá, será que me tomé el colectivo equivocado o diez minutos después. Igualmente gracias. Ahora que estoy acá sentada pienso ¿qué mierda hago acá fumándome un pucho? mejor me tomo el 152 para el otro lado que hace tiempo que hay alguien que me está esperando en mi puerta a mí. Listo, basta de postergar, ya vine y me di cuenta que lo que soñaba era mentira, un cuento para dormir. Ahora puedo seguir y ¿sabés qué? Capaz camine hasta mi casa. Total ya no tengo pesadillas sobre boludeces pendientes, solo soy feliz, próspera, tengo mucho tiempo, paciencia, ganas y oportunidades.

espacio

No me vengas a envenenar la cabeza con todos tus proyectos, mañanas y pasados. Yo sé que tus primaveras te aniquilan pero eso no me debería incumbir ni concernir. No es cuestión de desentenderme pero tengo 16 años y veo muy lejos tus problemas. Sabes que me indigestan los yo yo yo, pero yo me quiero divertir, reirme, explayarme,necesito mi espacio para vivir el hoy: la semana que viene es otra galaxia.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

sonreir (pseudísimo-caligrama)


es la base
de cualquier dieta

SA
LU
DA
BLE

y (además) la ú n i c a manera de convertir

un d í a




en un d í a

martes, 26 de agosto de 2008

no estorbar

¿Vieron cuando uno dice “tengo las puertas abiertas”? claro que no literalmente, sino me refiero abiertas a una percepción, relación, proyectos y etcéteras sobreentendidos. Bueno, las mías están cerradas bajo 5 llaves, blindadas y es más, son de acero inoxidable. Puede sonar como un proceder un tanto amargado y resentido, yo lo llamo derecho de admisión. (so goodbye, hasta luego, nos vemos en otra vida, que te vaya bien).

lunes, 25 de agosto de 2008

carpe diem

Mucha gente me pregunta porque a veces soy o dejo de ser de cierta manera. Buscan motivos de mi proceder y intentan acertar mi táctica para afrontar las circunstancias. Yo personalmente creo que todos los demás tienen un enfoque un tanto insulso sobre la vida, se creen inmortales. Eso me hace diferente. Yo sentí la muerte. Toqué las manos glacialmente frías, respiré el alma vacía, conocí los ojos ciegos y contemplé los labios que se quedaron sin oportunidad de decir nada. ¿Pero cómo explicarle todo eso a quién vive en una utopía, una vida de ensueño, un capricho imperecedero? ¿Cómo advertirles que todo aquello no existe en exactitud? Mi clave es concederles segundas y hasta terceras oportunidades. Enseñarles a aprovechar, cansarles de ejemplos que solo demuestran que no hay tiempo de arrepentirse ni lamentarse (sin caer en dibujarse una vida feliz solo por pretender).

Igual, si quieren, me mantengo sonriendo como si todo fuese lo mismo, como si no tuviese huecos que llenar, como si todos comprendiesen. Gracias pero no creo que funcione, igual comprendo su equivocación: solo conociendo la muerte van a conocer y entender la vida.

miércoles, 20 de agosto de 2008

simultáneo

Es jodido.
Ahora todo es de él o de ella, nada de ellos.
Todos es tuyo o mío, nada es nuestro.


(Despiertenme cuando exista lo mutuo y los sentimientos correspondidos)

jueves, 31 de julio de 2008

"tiempo al tiempo"

¿Y qué pasa con los intolerantes, con los impacientes? ¿Quién te devuelve las horas regaladas sin condescendencia? ¿Dónde está escrito a quién vale realmente esperar? ¿Cómo se cosecha un minuto ajeno y se obtiene el efectivo mérito para así merecerlo? ¿Dónde nos encasillamos los efusivos, los malcontentos, los apurados, los todo-ya? ¿Dónde se reembolsan los segundos corrompidos, inmoderados, malgastados? ¿Cuál es el auténtico paso a paso del proceso de prorroga? ¿En qué orden viene la negación, la incredulidad, la clausura, la censura, el alejamiento, el sentimiento de abandono, la cuasi ergástula? ¿Cómo se sabe qué causa es verdadero génesis de desaprovecho de épocas? ¿En qué página de clasificados se ofrece un buen administrador de vida? Vos esperas pero ¿a vos quién te espera? ¿El tiempo se congela? ¿Alguien paró el tren o se esfumó frente a tus ojos?

sábado, 5 de julio de 2008

incocluso uno

El final es inexcusable cuando la quilombera (barra ilusa barra escrupulosa barra histérica) y el boludo enquilombado duermen juntos (léase: comparten cama). Ella comúnmente manifiesta un Edipo totalmente mal resuelto. Naturalmente además de histérica es totalmente resentida. Hipotecaría el culo por una máquina para regresar el tiempo y decirle a ese flaco que se le adelantó que se vaya bien a la mierda (y para agregarle melodrama rencoroso: y su pequeño-amigo también). Ordinariamente su peor pecado es la gula. Traga cual boa constrictor alfajores de maicena, tiene orgasmos múltiples de solo pensar en brownies y sueña con orgías de galletitas oreos. Es de esas que capaz esta usualmente hablando de piquetes y de repente te termina hablando sobre sexo prematrimonial y dolores menstruales. Él no tiene obviamente mucho que decir. Es el boludo emocionalmente tarado. Ella lo lleva habitualmente de acá para allá y para acá y para allá y aunque-le-pese está predestinado a escuchar la frase “tenemos que hablar” unas 20 veces al mes (con suerte). A él asiduamente le gusta dormir del lado derecho de la cama. A ella también. Entonces duerme en el izquierdo, sin frazada y “agradecé que no dormís en el sillón”. Lo más gracioso es que el boludo suele creer que lleva los pantalones, las mujeres siempre se encargan de hacerle creer al boludo que tiene el control, que están muertas por ellos (los métodos conocidos por todos resultan un tanto irreproducibles pero siempre agradecidos por el boludo que se siente un total winner mientras ella se caga de risa con las amigas -por no quemarla y decir la pasa bien con otro boludo X-). Solamente comparten el placer de un TEG con helado del que terminan reiteradamente a las agarradas de pelo o de una buena cena (que siempre invita el boludo con su suelo mísero, no por caballero, por simplemente boludo). Entonces quieran o no , son de esas parejas que se terminan juntos por los chicos, mortificados, decepcionados y amargados.

sábado, 28 de junio de 2008

inertes

Se sientan y entre puchos y happy hour de bar berreta se preguntan internamente – ¿qué mierda hago acá? Formaban parte de un rito que procedía indefectiblemente a lo cuasi-indecente y buscaba hacer un poco más correcto lo impropio. Entonces ahí sentados se miraban esbozando una sonrisa incómoda y encogida con la que (hablando en criollo) uno mira a alguien que lo vió en bolas. No coincidían en nada, escuchaban diferente música, les gustaban diferentes tragos, concurrían a diferentes lugares, ni siquiera tenían amigos en común para así poder contar aunque sea alguna anécdota pelotuda, nada. Entonces, ineludiblemente terminan hablando de relaciones anteriores y sobre todo lo que conllevan (siempre hay algo de lo cual todavía quejarse o burlarse y es eternamente más fácil hacerlo con un completo desconocido que nunca va a poder venirte con un “mira justo vos que antes decías que…” y toda esa sarta de pavada). Ella piensa –siempre los hombres hablan sobre sus ex. Él también. Suena medio boludo, pero así son las cosas. Otra cuestión en la que reflexionan mientras el otro habla de vaya a saber que es cuanto aunque-no-lo-crean contiene el otro. Me refiero a cuánta individualidad, singularidad y otras palabras terminadas en dad. No es que se hayan prejuzgado sino que cuando estuvieron sintieron al otro tan vacío, frívolo, como si no tuvieran nada que decir, como si ni siquiera escondieran una persona adentro. De repente se ríen y suspenden aquello en lo que pensaban. La conversación se vuelve (después de 40 minutos) realmente interesante. Es seductor y fascinante ese instante en el que (capaz por no conocerse) no tienen nada que reprocharse, nada que ocultarse, nada que desdecir, verdaderamente nada que los comprometa. Entonces pueden hablar libremente porque aunque sean apenas un paso más que completos anónimos que se acaban de cruzar no le adeudan nada al otro. De una vez entienden que están ahí para vivir ese momento “unos días después de” que se debían por pura educación. Por lo menos cuando un tercero les pregunte sobre el otro, pueden decir que se conocen y sentirse moralmente mejor y también, de alguna forma, podrán saludarse si se cruzan en alguna fiesta X o en un futuro cercano cruzar una simple conversación en el msn de: hola, ¿Cómo estás? ¿Qué hacés hoy a la noche? y bla bla bla (ustedes saben). El único detalle con el que no cuentan es que involuntaria y distraídamente ya perdieron esa cuestión que resulta tan afable y cordial del “no nos debemos nada”. Y en aquella noche en la que no tenían nada que hacer en algún momento va a amanecer y el café va a estar demasiado fuerte, la casa totalmente desordenada, el perro completamente insoportable y él le va a preguntar -¿cómo dormiste? Entonces todo aquello del “vestite y andate” y “-¿te pido un remis? Desapareció. Todo muy bonito para la amiga que lo mira desde la primera fila pero para ellos que lo viven algo se desgastó. Con mala suerte todo sigue con un café en la semana. De repente lo impredecible del misterioso ser nuevo se vuelve totalmente previsible. Ya saben que el postre preferido del otro es el queso y dulce, que tiene una afección extraña a los sahumerios y que odia los arpegios. ¿De quién es la culpa? No se sabe. No hay nada más pelotudo que las preguntas sobre cualquier cosa que se respondan con “la sociedad”. Simplemente me queda por resaltar que los seres tenemos una especie de esencia que tiende a arruinar las cosas pero sin ella seríamos una especie de organismo de pura materia, un ente que solo existe pero no coexiste. Entonces hay que conformarse, no pretender ser la flor que solo florece por florecer sin verdadera entidad. Sí, al neófito puede sonarle un poco incoherente por eso mismo: Punto final.

jueves, 5 de junio de 2008

Lyon

Tengo una idea. Hoy en vez de irte tan lejos y dejarme tan seca hagamos lo que nunca hacemos siempre. Despertate a las 11, date una ducha helada, ponete tu sobretodo umbrío, trepá el vehemente 152, pedí 1 peso y venite hasta Belgrano. Caminá hasta Federico Lacroze como jamás haces (con un paso imperceptible) y bajá por la boca del subte de Olleros como ninguna vez pero eternamente bajás. Sentate en la primer butaca del quinto vagón y abrí tu libro de Cortázar en la página 85 como muy de vez en cuando todos los días hacés. Cuando llegues a la estación de Palermo leé en voz alta “Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son” y mirá por la ventanilla como en la vida diariamente hacés. Seguro como siempre la vieja de al lado te va a mirar inaudita y el mismo tipo barbudo de ningún día va a pasar con el Aleph de Borges en la mano (debe ya haberlo releído 4 veces o capaz recién lo empieza) como hace medio año. Bajá la cabeza y salteá un par de páginas como desde que aprendiste a leer nunca siempre haces. Cuando diga “If sickness overtakes you, if old companion shakes you and through this world wander all alone, if friends you’ve got not any, in your pockets not a penny’’ deberías estar ya en Facultad de Medicina. Descendé y caminá hasta el Segundo vagón (vos sabés que le tengo debilidad). Buscame bien, voy a usar el sombrero de mano verde inglés que uso para las ocasiones peliculescas y el tapado que le trajo Claudia de Liverpool a mamá por los 80. Sentate al lado, esperá 5 minutos y espiá (casi como escrutando en mi intimidad) lo que leo. “Si lo pensás en plurar todo cambia’’. Cruzamos miradas y nos bajamos en Catedral por primera vez en la vida como todos los 14 de mes. Vos cruzás para dar la vuelta hasta Olleros de nuevo, yo hago la combinación con la B como nunca siempre hago. Después de 5 años nos cruzamos en la estación de Lyon y sutilmente con un acento muy porteño me preguntás: quelle heure est-il? (como nunca pero siempre hacés).

martes, 27 de mayo de 2008

Siendo sincera (ahora que se puede): es triste pensar que algo tan lindo fue todo mentira.

jueves, 8 de mayo de 2008

próspera

Hay algo que quiero contarte con palabras sencillas y que es muy probable que no sepas. El día sigue teniendo 24 hs y después del 3, viene el 4,después el 5 y así hasta el 30 o 31 de vez en cuando. Si ya sé que hay algunos años bisiestos pero te aseguro que eso no tiene que ver con vos (pasa desde siempre). Esa cafetería sigue en la esquina vendiendo el mismo café rancio, con las mismas sillas y el mismo viejo que lee el diario todos los días. Sigo llegando a todos lados 10 minutos tarde o capaz todos siguen llegando 10 minutos antes y sigo apostándole estupideces a la gente que se que me deja ganar. Sigo tocando los timbres de las casas (solo por la euforia del milisegundo) y es más mi timbre sigue siendo el mismo (por si algún día querés sentir vos la euforia). Sigo usando la misma ropa e inclusive los mismos zapatos que no me dejan caminar y termino a caballito de todos (para su mala suerte). Sigo tropezándome con las mismas baldosas (como para no perder la costumbre). Mi gata se sigue escondiéndose de todos debajo de las frazadas aunque haga 30 grados. ¿Otra cosa?, el negro sigue quedando espantoso con marrón. “Para siempre” sigue significando por dos o tres meses. Sigo yendo a los mismas fiestas, con la gente de siempre. Además sigo riéndome de los mismos chistes pelotudos. Me sigue yendo mal en las mismas materias. Sigo subestimando a la misma gente. Sigo jodiendo con las mismas boludeces con mi hermanita (que al fin y al cabo siempre fue de lo poco que tengo). Escucho la misma música, todavía no me di por vencida. De vez en cuando escribo en el mismo block viejo algunas ideas voladoras que me surgen, después entro al Word y lo paso en limpio como para que sea un poco más comprensible. Igual no es que tenga miedo a que no entiendas lo que quiero decir, es más, doy por sentado que nunca lo vas a leer y si lo lees dudo de tu habilidad en comprensión de textos, (ya te dije que sigo subestimando a las mismas personas de siempre).

domingo, 27 de abril de 2008

osadía

Él siempre tuvo miedo y lo sigue teniendo. Había (y no casualmente) muchas cosas que todavía los conectaban de cierto modo, algunos objetos que de a poco desaparecían, alguna canción que escuchaban sonando en la radio, algunas calles que frecuentaban en lo cotidiano, alguna tontería que solían decir, alguna foto olvidada en un cajón, algún postre en especial (que intuyo ahora sabe un poco amargo), algún que otro sinvergüenza que se aventuraba a preguntar, alguna siesta que todavía les gustaría compartir. Aunque pensándolo bien, nada de eso en realidad los unía, sino que aunque abrumadoramente les pesara, los alejaba. Pero sobre todo los limitaba todos y cada uno de los días de su vida. Entonces ella entendió porque él tenía tanto miedo, cuando uno carece de cierta candidez y se excede en inexperiencia es fácil enredarse y confundirse entre tanta gente que cree sabérselas todas. Pero no, no se las saben todas. Si al final terminan siendo todos unas gallinas cobardes que corren despavoridos y vacilan en cada decisión (avisen cuando descubran la osadía).

domingo, 13 de abril de 2008

minuto

Hay un concepto que ronda perpetuamente mi cabeza; nunca se sabe lo que puede pasar mañana. Es más que una impresión o una percepción y está muy lejos de ser una vana sospecha. No sé si clasificarlo como una idea abstracta o concreta, complejo ¿no? Es tan simple como suena. ¿Cuántas cosas te están pasando ahora que hace 6 meses nunca hubieras imaginado? ¿Cuántas de las cosas que considerabas esenciales hoy te faltan y seguís de pie? ¿Cuánta gente que creías conocer hace un par de meses hoy son completos desconocidos? ¿Cuántas cosas qué hace un año te hacían mal hoy te causan risa? ¿Cuánta gente importante hoy no tiene ni la más mínima trascendencia en tu vida? ¿Cuántas cuestiones constantes del pasado hoy son las más frívolas? ¿Cuánta gente jamás hubieras pensado que te iba a defraudar? ¿Cuánta gente jamás hubieras pensado que hoy iba a estar tan cerca? ¿Cómo te imaginabas tu vida hoy hace solo tres meses? Es raro, pero tiene que ver con vivir el instante, cada lapso y etapa. Disfrutar del santiamén y de las cosas efímeras. No tenerle miedo a los sentimientos relámpago de: hoy capaz sabemos, mañana dios dirá. No quiero venir a darle ninguna enseñanza a nadie ni mucho menos, solo digo que hay que darle su peso correspondiente y oportunidad a cada circunstancia. Ya sé (y muy bien) que no se puede vivir de situaciones, a veces es grato saber que va a pasar mañana, pasado y en una semana. La usanza de la rutina nos viene bien cuando no se pierde en automatisismo y repetición, pero eso es muy complicado de lograr sin caer por inercia en la fastidiosa e impertinente costumbre. Entonces me permito tener una vida llevadera y soportable disfrutando de vez en cuando la idea de no caer en el hábito de los días grises y uniformes. Es que, Mañana será otro día y ¿Quién sabe todo lo que puede pasar? les aseguro que mucho.

miércoles, 9 de abril de 2008

fé de erratas

Hoy encontré una especie de carta. Algo que escribí hace un par de meses. Nunca fue entregada y nunca nadie la va a recibir. Salvo yo. Leyendo y releyendo me dí cuenta que casi inconscientemente me la escribí a mi misma. Parece como si fuera un mensaje que decidí dejarme de alguna forma. Es más que palabras u oraciones que por cierto son muy irracionales. Es mucho más que eso. Es una letra incomprensible escrita con manos temblorosas y todo esto de condecorado con lágrimas para aportarle el toque novelesco. Entonces me propongo responderla. De nuevo no me la respondo a mí, se la respondo a quien nunca se la voy a entregar ni nunca va a recibir. De nuevo el mensaje no son las palabras sino ese sentimiento. El sentimiento de las manos temblorosas y las lágrimas acartonadas. Entonces pienso guardarla y algún día encontrarla. Lo único que espero es poder responderla con perfecta redacción y caligrafía. De esa y solo de esa forma me voy a dar cuenta que esta correspondencia valió la pena aunque nunca fue entregada ni nunca nadie la va a recibir. Entonces no faltará mucho hasta que me escriba de nuevo, pero por suerte siempre tendré la certeza de que aunque nunca lo entregue ni nadie lo reciba, alguien estará ahí para responderla.

lunes, 7 de abril de 2008

suerte

Mi mamá siempre dice que hay que cerrar círculos. Todo lo que se emprende, se empieza, debe tener un final, una conclusión. Es prácticamente elemental e indispensable que esto se lleve a cabo porque si no es inevitable que se remate atropelladamente. No es cuestión de ir abriendo círculos por ahí inconscientemente, pongámonos de acuerdo querido lector. Pero espere, no es tiempo aun de sacar conclusiones. Primero lea la situación, siga la pista, escrute, fisgonee, indague. Cada círculo tiene un final, individual y único.

Debería aclarar que todos los concluyentes tienen algún círculo del que corresponden, salvo uno. La excepción de la regla, pese a quien le pese. Dejar de lado, entre renglones, borrar, desconocer, marginar, tomarse un lexotanil, perder el hilo, el Alzheimer consentido. Antes que eso les recomendaría que caigan una a una las lágrimas, cierren los ojos, especulen, premediten y después dejen pasar unos días. Si es posible en esos días ilusiónense vanamente y superfluamente de que de repente el círculo de un giro (valga la redundancia) y que vuelva a empezar en vez de terminar. Claro, justo ustedes, los que tan astutos se creían vienen a considerar virtualmente factible el hecho de que eso suceda. ¿Ven que nunca aprenden argentinos ignorantes hijos de lo cómodo? El último paso sería desplegar, proceder con lo decidido y de una vez por todas vencer y acabar el famoso círculo.

Hoy, 08 de abril de 2008, termina otro de mis círculos. ¿Asique esto fue todo? ¿Ahora hay que sonreír y desearle suerte a gente que ya no es nada (casi nada)? Podría decir la verdad, contradecirme con todo lo que acabo de decir y confesarles de que no estoy segura, pero mejor digamos que es lo que hay. Mi circulo termina así, sabiendo que di lo mejor de mí que podría haber dado, no escatimé en nada nunca ni mucho menos y principalmente deje de lado el orgullo (y eso es decir mucho). Suerte.

(Debería agregar que todo final de círculo concluye irreverentemente con el comienzo de otro y esa es la mejor parte)

martes, 1 de abril de 2008

óptima

Sonreí, mostrate feliz, sino todos te pasan por ensima. Reíte, disfruta, no tenés la edad suficiente como para permitir aburrirte. Conocé, investiga todo, no les des el gusto a los demás de conformarte con escuchar sus propias experiencias. Equivocate, caéte mil veces en el mismo lugar, date el permiso de descubrir el mundo vos solo. Ayuda, escucha a los demás, no sabes cuando vas a ser vos el que necesites un consejo. Pensá, entendé, pero no le tengas miedo a los impulsos. Excedé, sobrepasá, viví cada minuto con tus propias reglas. Corré, liberate, no te ates a nada irrelevante ni a nadie que no lo meresca. Soltate, gritá, no te averguences de mostrar quién sos. Viví y dejá vivir, nunca te olvides que no estas por ensima de nadie. Cuidate, querete mucho, si no lo haces vos, no lo va a hacer nadie. Enamorate, amá, permitite conocerte a través de alguien más. Se optimista.

sábado, 22 de marzo de 2008

hoguera

Entonces pongámonos de acuerdo, cuando pasa algo malo, lo olvidamos. Lo dejamos de lado, borrón y cuenta nueva, se omite, se margina, se pierde la memoria, se deja en el tintero. Se arrincona, se posterga, se niega y por último se calla. Que mala costumbre esa de callar, enmudecer, disimular, ocultar, echar un candado a los labios. ¿Dónde aprendimos eso? No tengo ganas de creer que es parte de nuestra insufrible genética, mejor prefiero conjeturar con que es un sencillo hábito. Yo sé que no se cura, pero si se puede tratar. Me refiero a esta mudez ligada a ese alzhéimer consentido que se busca para empezar de cero. Eso es lo que ustedes creen aprendices atrasados de intentos de perspicaces. No borran nada, eso es solo lo que pretenden, pero esta desmedidamente alejado de la realidad. Todo lo que se calla se acepta, todo lo que se acepta se tolera y todo lo que se tolera es parte de uno indefectiblemente. Entonces sin más preámbulos, todo lo que se tapa se guarda. Se almanacena, se conserva, se retiene. Muy bien, atesoren sus silencios pero aténganse a las consecuencias. Un día se van a despertar y todo lo que no dijeron se va a chamuscar, a achicharrar, a carbonizar, a calcinar, a incendiar, a arder. Y no es bueno jugar con fuego. Porque al principio todo es fogata pero la hoguera crece y los daños y perjuicios terminan en catástrofe. Yo no pienso apagar sus incendios, ni yo, ni nadie. Desgraciados infelices, háganse cargo, francamente no me importa su fúnebre discurso, hablen ahora o quémense para siempre.

jueves, 20 de marzo de 2008

incertidumbre

Cualquiera consideraría puro escepticismo pensar que unas palabras suspenden el propio juicio. Debería entonces aclarar que no pertenezco a ese lamentoso y poco selecto grupo que arma y desarma según considera que el común denominador lo hace. Por supuesto que así debe ser, ya saben, si no hubiera gente predecible serían realmente imperceptibles los desalientos. Aunque ella no sabe de todo esto, pobre ingenua. En realidad no es su culpa, esta maldita argentina la tiene malacostumbrada. Ella salta, porque le dicen que salte y ríe cuando le enseñaron que tiene que reír. Qué triste realidad pensar que calla sus sentimientos más profundos por simples apariencias. Qué difícil debe ser sobrevivir con todos esos preconceptos mediocres que la invaden cual soles de días nublados. Entonces solo escondida en sus propias tinieblas busca una realidad alterna en la que sueña a ser quien no es, a vivir lo que no vive, a hacer lo que no hace y sobre todo a decir lo que no se debe decir. ¿Pero quién dice lo que se debe decir? ¿Cuáles son las instrucciones para disfrazar los sentimientos de forma que le parezca correcta a esta errónea e incivil sociedad? Es que se hace tan engorroso mantener la cordura y la sensatez cuando se entiende que la mesura no es un criterio adecuado a estas primaveras que se viven hoy en día. Es más, ni siquiera existe una palabra para expresar ese sentimiento hostil, vaga mezcla de incertidumbre suplida por una búsqueda de incrédula pero fructuosa reputación. ¿Desde cuándo no nos permitimos alegar emociones? Lo peor es que ella sabe que siempre todo termina en penas y congojas cuando todo se piensa demasiado, se calla y se amontona en la penumbra de la mente. Ella debería pensar menos, ustedes entonces recomendarán. ¿Vieron? Son solo uno más de esa engorrosa sociedad hipócrita que todavía cree en esos dictámenes indiscutibles y obvios de este país gris rebalsado de arquetipos. Nadie les pidió ni sus elegantes sugestiones ni sus enfermizos consejos melindrosos y sin escrúpulos. Necios argentinos que no entienden ni a quién no se entiende. En realidad, mojarritas de océano que todavía buscan réplica a los enigmas del alma. Insulsos impertinentes que nadie llama. Fanfarrones y jactasiosos que creen saberlas todas. Pero no señores, no. Están estrechamente equivocados, por suerte. Capaz algún día sepan comprender que no hay advertencia más exacta que la que no se atiende ni escucha. Demasiada charlatanería para explicar que no hay nada que suplante lo que realmente surge y resurge cual ave fénix del corazón.