lunes, 15 de septiembre de 2008

había una vez

Dos cuadras hasta la parada del 152. Noventa, por favor. Me siento en el fondo y empiezo a contar las cuadras: tres, cuatro, nueve. Bajo y todavía faltan dos cuadras a pie. Si no hubiese perdido mi ipod estaría escuchando hasta perder la cuenta de ariel roth y con lo que algunos se atreven a llamar procesión por dentro. El diccionario dice: "Expresión que se utiliza cuando alguien experimenta sentimiento doloroso pero aparenta serenidad y tranquilidad". Yo siento eso de alguna forma. Camino como si no pasara nada, con cara de pensar que puedo pedir para cenar a la noche, con la despreocupación de quien anda con tiempo de sobra. El paso igualmente es tranquilo pero firme. Imposible más constante después de haberlo recorrido tantas veces en mi cabeza y después de despertarse tantas mañanas y discutir conmigo misma si ese trayecto era una pesadilla o un sueño más. Las mismas baldosas flojas son casi como huellas, como si alguien hubiese querido que no me olvidara por dónde ir. De repente se me nubla la vista. ¿Esto era todo? ¿Ya había llegado? ¿Y todo eso que yo había soñado que sucedía en el viaje? ¿Dónde estás vos subiendo al mismo colectivo o bajando justo cuando me siento en la puerta de tu casa? Será que no vivís acá, será que me tomé el colectivo equivocado o diez minutos después. Igualmente gracias. Ahora que estoy acá sentada pienso ¿qué mierda hago acá fumándome un pucho? mejor me tomo el 152 para el otro lado que hace tiempo que hay alguien que me está esperando en mi puerta a mí. Listo, basta de postergar, ya vine y me di cuenta que lo que soñaba era mentira, un cuento para dormir. Ahora puedo seguir y ¿sabés qué? Capaz camine hasta mi casa. Total ya no tengo pesadillas sobre boludeces pendientes, solo soy feliz, próspera, tengo mucho tiempo, paciencia, ganas y oportunidades.

espacio

No me vengas a envenenar la cabeza con todos tus proyectos, mañanas y pasados. Yo sé que tus primaveras te aniquilan pero eso no me debería incumbir ni concernir. No es cuestión de desentenderme pero tengo 16 años y veo muy lejos tus problemas. Sabes que me indigestan los yo yo yo, pero yo me quiero divertir, reirme, explayarme,necesito mi espacio para vivir el hoy: la semana que viene es otra galaxia.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

sonreir (pseudísimo-caligrama)


es la base
de cualquier dieta

SA
LU
DA
BLE

y (además) la ú n i c a manera de convertir

un d í a




en un d í a