domingo, 27 de abril de 2008

osadía

Él siempre tuvo miedo y lo sigue teniendo. Había (y no casualmente) muchas cosas que todavía los conectaban de cierto modo, algunos objetos que de a poco desaparecían, alguna canción que escuchaban sonando en la radio, algunas calles que frecuentaban en lo cotidiano, alguna tontería que solían decir, alguna foto olvidada en un cajón, algún postre en especial (que intuyo ahora sabe un poco amargo), algún que otro sinvergüenza que se aventuraba a preguntar, alguna siesta que todavía les gustaría compartir. Aunque pensándolo bien, nada de eso en realidad los unía, sino que aunque abrumadoramente les pesara, los alejaba. Pero sobre todo los limitaba todos y cada uno de los días de su vida. Entonces ella entendió porque él tenía tanto miedo, cuando uno carece de cierta candidez y se excede en inexperiencia es fácil enredarse y confundirse entre tanta gente que cree sabérselas todas. Pero no, no se las saben todas. Si al final terminan siendo todos unas gallinas cobardes que corren despavoridos y vacilan en cada decisión (avisen cuando descubran la osadía).

domingo, 13 de abril de 2008

minuto

Hay un concepto que ronda perpetuamente mi cabeza; nunca se sabe lo que puede pasar mañana. Es más que una impresión o una percepción y está muy lejos de ser una vana sospecha. No sé si clasificarlo como una idea abstracta o concreta, complejo ¿no? Es tan simple como suena. ¿Cuántas cosas te están pasando ahora que hace 6 meses nunca hubieras imaginado? ¿Cuántas de las cosas que considerabas esenciales hoy te faltan y seguís de pie? ¿Cuánta gente que creías conocer hace un par de meses hoy son completos desconocidos? ¿Cuántas cosas qué hace un año te hacían mal hoy te causan risa? ¿Cuánta gente importante hoy no tiene ni la más mínima trascendencia en tu vida? ¿Cuántas cuestiones constantes del pasado hoy son las más frívolas? ¿Cuánta gente jamás hubieras pensado que te iba a defraudar? ¿Cuánta gente jamás hubieras pensado que hoy iba a estar tan cerca? ¿Cómo te imaginabas tu vida hoy hace solo tres meses? Es raro, pero tiene que ver con vivir el instante, cada lapso y etapa. Disfrutar del santiamén y de las cosas efímeras. No tenerle miedo a los sentimientos relámpago de: hoy capaz sabemos, mañana dios dirá. No quiero venir a darle ninguna enseñanza a nadie ni mucho menos, solo digo que hay que darle su peso correspondiente y oportunidad a cada circunstancia. Ya sé (y muy bien) que no se puede vivir de situaciones, a veces es grato saber que va a pasar mañana, pasado y en una semana. La usanza de la rutina nos viene bien cuando no se pierde en automatisismo y repetición, pero eso es muy complicado de lograr sin caer por inercia en la fastidiosa e impertinente costumbre. Entonces me permito tener una vida llevadera y soportable disfrutando de vez en cuando la idea de no caer en el hábito de los días grises y uniformes. Es que, Mañana será otro día y ¿Quién sabe todo lo que puede pasar? les aseguro que mucho.

miércoles, 9 de abril de 2008

fé de erratas

Hoy encontré una especie de carta. Algo que escribí hace un par de meses. Nunca fue entregada y nunca nadie la va a recibir. Salvo yo. Leyendo y releyendo me dí cuenta que casi inconscientemente me la escribí a mi misma. Parece como si fuera un mensaje que decidí dejarme de alguna forma. Es más que palabras u oraciones que por cierto son muy irracionales. Es mucho más que eso. Es una letra incomprensible escrita con manos temblorosas y todo esto de condecorado con lágrimas para aportarle el toque novelesco. Entonces me propongo responderla. De nuevo no me la respondo a mí, se la respondo a quien nunca se la voy a entregar ni nunca va a recibir. De nuevo el mensaje no son las palabras sino ese sentimiento. El sentimiento de las manos temblorosas y las lágrimas acartonadas. Entonces pienso guardarla y algún día encontrarla. Lo único que espero es poder responderla con perfecta redacción y caligrafía. De esa y solo de esa forma me voy a dar cuenta que esta correspondencia valió la pena aunque nunca fue entregada ni nunca nadie la va a recibir. Entonces no faltará mucho hasta que me escriba de nuevo, pero por suerte siempre tendré la certeza de que aunque nunca lo entregue ni nadie lo reciba, alguien estará ahí para responderla.

lunes, 7 de abril de 2008

suerte

Mi mamá siempre dice que hay que cerrar círculos. Todo lo que se emprende, se empieza, debe tener un final, una conclusión. Es prácticamente elemental e indispensable que esto se lleve a cabo porque si no es inevitable que se remate atropelladamente. No es cuestión de ir abriendo círculos por ahí inconscientemente, pongámonos de acuerdo querido lector. Pero espere, no es tiempo aun de sacar conclusiones. Primero lea la situación, siga la pista, escrute, fisgonee, indague. Cada círculo tiene un final, individual y único.

Debería aclarar que todos los concluyentes tienen algún círculo del que corresponden, salvo uno. La excepción de la regla, pese a quien le pese. Dejar de lado, entre renglones, borrar, desconocer, marginar, tomarse un lexotanil, perder el hilo, el Alzheimer consentido. Antes que eso les recomendaría que caigan una a una las lágrimas, cierren los ojos, especulen, premediten y después dejen pasar unos días. Si es posible en esos días ilusiónense vanamente y superfluamente de que de repente el círculo de un giro (valga la redundancia) y que vuelva a empezar en vez de terminar. Claro, justo ustedes, los que tan astutos se creían vienen a considerar virtualmente factible el hecho de que eso suceda. ¿Ven que nunca aprenden argentinos ignorantes hijos de lo cómodo? El último paso sería desplegar, proceder con lo decidido y de una vez por todas vencer y acabar el famoso círculo.

Hoy, 08 de abril de 2008, termina otro de mis círculos. ¿Asique esto fue todo? ¿Ahora hay que sonreír y desearle suerte a gente que ya no es nada (casi nada)? Podría decir la verdad, contradecirme con todo lo que acabo de decir y confesarles de que no estoy segura, pero mejor digamos que es lo que hay. Mi circulo termina así, sabiendo que di lo mejor de mí que podría haber dado, no escatimé en nada nunca ni mucho menos y principalmente deje de lado el orgullo (y eso es decir mucho). Suerte.

(Debería agregar que todo final de círculo concluye irreverentemente con el comienzo de otro y esa es la mejor parte)

martes, 1 de abril de 2008

óptima

Sonreí, mostrate feliz, sino todos te pasan por ensima. Reíte, disfruta, no tenés la edad suficiente como para permitir aburrirte. Conocé, investiga todo, no les des el gusto a los demás de conformarte con escuchar sus propias experiencias. Equivocate, caéte mil veces en el mismo lugar, date el permiso de descubrir el mundo vos solo. Ayuda, escucha a los demás, no sabes cuando vas a ser vos el que necesites un consejo. Pensá, entendé, pero no le tengas miedo a los impulsos. Excedé, sobrepasá, viví cada minuto con tus propias reglas. Corré, liberate, no te ates a nada irrelevante ni a nadie que no lo meresca. Soltate, gritá, no te averguences de mostrar quién sos. Viví y dejá vivir, nunca te olvides que no estas por ensima de nadie. Cuidate, querete mucho, si no lo haces vos, no lo va a hacer nadie. Enamorate, amá, permitite conocerte a través de alguien más. Se optimista.